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Entradas

El tren (algunos meses atrás)

Subí corriendo las escaleras del puente esperando no irme de cara contra el suelo. El foco del único poste que alumbra el lugar se había quemado y los escalones casi no se distinguían. Estaba apurada porque no quería que me deje el último tren y también porque tenía miedo de que me roben. Llegué jadeando a la entrada de la estación María Auxiliadora. Una de las puertas estaba cerrada. El único vigilante que había en la estación me miró detenidamente. Tenía puesto un chaleco verde chillón y parecía cansado. Miré la pantalla donde aparecen los horarios de los trenes pero estaban pasando uno de sus spots publicitarios donde subliminalmente te piden paciencia y buen humor.  Metí mi mano apresuradamente en mi bolso negro para sacar mi billetera y pensé, “carajo, solo falta que mi tarjeta no tenga saldo”, no recordaba cuando la había recargado por última vez. Volví a mirar la pantalla y me di cuenta que aún figuraban dos trenes por llegar y el más próximo estaría en la esta...

Ojos de muñeca

Cindy era mi muñeca favorita en todo el mundo. Ella fue el primer regalo que me dio mi papá cuando nací y él único recuerdo de él que me acompañó hasta Lima. Un día de los más calurosos de verano, de esos en los que te sientes agotado por el sol, mi mamá y yo fuimos a ver la nueva casa en donde viviríamos. Iríamos desde cercado de Lima hasta Villa María del triunfo. Era la primera vez que salía del centro de Lima, tenía cinco años, y no recordaba haber hecho un viaje tan largo antes en mi vida, excepto por el que hice desde Chiclayo a la Capital, pero ese fue un viaje triste. -¡Es lejos Esly, más de una hora en el carro! Anda al baño.  – Dijo muy seria mi mamá- - ¡No tengo ganas! – respondí -¿Segura? – replicó con mirada desconfiada - ¡Sí…vámonossss! – respondí impaciente -  ¡Deja a Cindy!-  Sentenció mi mamá. Yo pensé en que era imposible dejar a mi compañera de aventuras en casa. - ¡No! -  respondí.  Mi mamá afortunadamente no insistió. L...

Hola!

Es domingo y tengo los pies helados. Desde ayer estaba segura de que debía escribir esto, pero fui a una marcha, a visitar a un amigo, a tomar un café, y se me olvidó.  Hoy me despertó el sol entrando por mi ventana. No me gusta el sol. Eso me puso de mal humor.  Me he pasado todo el día en pijama, andando de un lado para otro con mis medias plomas, pensando en escribir una gran introducción sobre lo que será este espacio. No estoy muy segura de que lo que tecleo exprese todo lo que planeaba decir.   Lo que si sé es que:  En este espacio disfrutaré compartir cosas que realmente me importan y que será un gran viaje. ¡Gracias desde ya a todos los que me acompañan!