Cindy era mi muñeca favorita en todo el mundo. Ella fue el primer regalo que me dio mi papá cuando nací y él único recuerdo de él que me acompañó hasta Lima. Un día de los más calurosos de verano, de esos en los que te sientes agotado por el sol, mi mamá y yo fuimos a ver la nueva casa en donde viviríamos. Iríamos desde cercado de Lima hasta Villa María del triunfo. Era la primera vez que salía del centro de Lima, tenía cinco años, y no recordaba haber hecho un viaje tan largo antes en mi vida, excepto por el que hice desde Chiclayo a la Capital, pero ese fue un viaje triste. -¡Es lejos Esly, más de una hora en el carro! Anda al baño. – Dijo muy seria mi mamá- - ¡No tengo ganas! – respondí -¿Segura? – replicó con mirada desconfiada - ¡Sí…vámonossss! – respondí impaciente - ¡Deja a Cindy!- Sentenció mi mamá. Yo pensé en que era imposible dejar a mi compañera de aventuras en casa. - ¡No! - respondí. Mi mamá afortunadamente no insistió. La casa estaba ubicada ca
Historias reales ficcionadas, ficción hecha realidad.